Los padres saben qué es lo mejor para sus hijos y sus voces deben ser escuchadas. Muchos padres tienen preocupaciones reales y legítimas acerca del rumbo que está tomando la educación en Florida, y los diálogos sanos permiten que las escuelas y los maestros mejoren. El papel que juegan los padres y las familias dentro de la educación en todos los niveles es imperativo. Cuando todas nos enfocamos exclusivamente en los niños, nuestros hijos se beneficiarán.

Nuestros hijos no son peones y los políticos no tienen derecho de utilizarlos para ganar el favor político. Lo principal no es ser Demócrata ni Republicano, sino enfocarse en la educación. Hay políticos que están tratando de enmarcar los problemas de la educación como culpa de uno de los padres o ambos, pero eso no podría estar más lejos de la realidad. Estos políticos están tratando de abrir una brecha entre las escuelas y las familias, y los alumnos son los que pierden. Debemos sacar la retórica política del debate y centrarnos nuevamente en lo que es realmente mejor para los niños, no en lo que aparece en los titulares de noticias para ciertos políticos que intentan ganar un juego que no tiene nada que ver con nuestros hijos.

Las escuelas fomentan el pensamiento independiente para que nuestros niños puedan desplazarse por el mundo de manera exitosa, y cada niño merece acceso a una educación de alta calidad y adecuada para su edad. Nuestras escuelas tienen la responsabilidad de ayudar a preparar a los niños para la siguiente etapa de su vida y, eventualmente, para el mundo real. Parte de esto requiere entender ciertos temas delicados. Debemos reconocer que estos temas requieren que los maestros aprendan nuevas habilidades, y que los docentes necesitan el estímulo y los recursos para apoyar de manera adecuada el aprendizaje de nuestros hijos.

El excepcionalismo de Estados Unidos es real pero frágil. Nuestros hijos necesitan aprender sobre nuestra responsabilidad de protegerlo. Los estadounidenses necesitan entender su historia completa y verídica a medida que avancemos; eso es lo que distingue a nuestro país. Esa comprensión comienza en nuestras escuelas, y cualquier intento de limitar el aprendizaje por considerarlo antiestadounidense es un ataque directo a nuestras libertades y los valores que hacen que nuestro país sea tan único. La educación crea conciencia y es un recurso para enseñar a los niños a ser buenos ciudadanos.